Fractura expuesta es la historia de un éxito empresarial que empieza a narrarse desde su fracaso. Es también el relato de una fractura, de lo insoportable que resulta lidiar con las propias contradicciones de un hombre que quería estudiar sociología en La Sorbona y acaba creando una marca, Kling, que llegó a tener más de seiscientos puntos de venta repartidos en treinta países y que durante más de diez años vistió a toda una generación de españolas.