Un guiño, un saludo, una sola palabra pueden decir más de lo que creemos. Son muchas las situaciones que nos remiten a la coquetería, un acto bien identificado pero poco entendido. En esta práctica social-mente aceptada entran en relación muchos factores, los cuales pueden contradecirse entre sí. En simples palabras, la coquetería es querer agradar, pero no es simplemente eso, porque lo propio y peculiar de la coquetería consiste en producir el agrado y el deseo por medio de una antítesis y síntesis típicas, ofreciéndose y negándose simultáneamente o sucesivamente, diciendo sí y no, como desde lejos.