Durante casi sesenta años, desde 1882 hasta su muerte, asumió el trabajo de organizar y clasificar todo el material de Michon, considerado el padre de la moderna grafología. Su obra es una de las mejores introducciones jamás escritas a la ciencia que estudia las relaciones entre la escritura y el carácter. En estas páginas Crépieux-Jamin emplea una conducción segura, sistemática, que marcaría el camino al futuro de la grafología.