Cuando Miguel Morey publicó Lectura de Foucault hace más de tres décadas, pretendía llevar a cabo ahí una revisión exhaustiva de todo el pensamiento foucaultiano. Luego aparecieron nuevos materiales, tanto en vida de Foucault como con el descubrimiento póstumo de un archivo inmenso, que dejaban a Morey frente a una descomunal tarea de puesta al día de su pensamiento.