Los procesos de cambio, como el ser humano, se encuentran entre la ciencia y el arte, entre la noche y el día, entre la abeja y el alma. Este magnífico libro nos abre camino hacia una nueva manera de comprender y promover el cambio, que -como el amor- se realiza en la imagen, la metáfora, la invención constante. Es gracias a la imagen y la creación que accedemos al origen de aquello que no podemos nombrar con precisión, y logramos hacernos uno con ello.