Juan Acha, reconocido crítico de arte, realiza aquí un análisis sobre la necesidad de mejorar la educación artística tanto en el nivel escolar como en el profesional, los cuales se diferencian por sus principios, medios y fines.El autor considera inaplazable emprender una nueva labor educativa cuyo principal objetivo sea ayudar al alumno a desarrollar su sensorialidad, sensibilidad, mente y fantasía, así como enseñarlo a diferenciar entre lo estético y lo artístico.De este modo, al motivar en los estudiantes el pensamiento lógico, crítico y dialéctico, ellos adquirirán la costumbre de razonar las orientaciones temáticas, estéticas y creativas de cada una de las actividades que emprendan.En la presente obra se parte del principio de que el arte es el medio ideal para enriquecer y enmendar, ampliar o afirmar la cultura estética de los individuos y sus relaciones con la naturaleza, por lo que el autor propone la creación de talleres de experimentación artística en los que se fomenta la creatividad como una necesidad vital de la conciencia artística de los jóvenes en formación, ya que la educación artística adecuada es requisito indispensable para emprender con eficacia el autoconocimiento y el desarrollo individual y social.