A veces no transcurre mucho tiempo a partir de la boda, cuando todos cuestionamos: ¿Dónde que do aquella pareja tan perdidamente enamorada? En algunos casos, los dos se miran casi por accidente, sin interés, como si el y ella fueran parte del mobiliario. En otros, se ven como enemigos encarnizados, llenos de rencor, fáciles para la burla hiriente.