¿Cómo podría un niño hacer un viaje a la selva, entrar en su mundo donde todo es aventura? ¿Qué mejor que llevado de la mano de un gran escritor, conocedor de la selva como pocos, de la maro de Horacio Quiroga? Vivir en plena naturaleza selvática, como él vivió, en la zona misionera de la Argentina, le significó un vasto conocimiento de su fauna, tan rica, y asimismo una cotidiana aventura que él quiso compartir no sólo con los grandes, en sus cuentos: también con los niños que algo o mucho tienen de exploradores.