Tanto así que en 1977 sufrió la censura del régimen brasileño: 36 mil copias de sus libros fueron confiscadas bajo el argumento de que "retrata en su casi totalidad personajes cargados de complejos, vicios y taras, con el propósito de ilustrar una cara oscura de la sociedad, basada en la delincuencia, el soborno, el latrocinio…", según explicaba el documento elaborado por el Ministerio de Justicia.