Paul Auster invitó a los oyentes del programa de radio en que colaboraba a participar en un proyecto inusual: enviar sus historias verídicas, con el afán de construir un retrato escrito de la vida estadounidense más insólita. El escritor seleccionó, con su peculiar mirada, ciento ochenta textos que fabulan una realidad llena de coincidencias, hallazgos y situaciones tan absurdas que parecen inventadas.