Al introducirnos en nuestra historia recordamos a los encumbrados personajes con visión ecuménica y pensamiento nacionalista, decir que un pueblo que no sabe su historia, se encamina y asegura e irreversiblemente a una ceguera. También hay quienes afirman que: "quien ignora la historia está condenado a repetirla". Sin educación, los mexicanos no podemos desarrollar un análisis y una reflexión seria de nuestra historia, no podemos ser analíticos del devenir histórico si se vuelve a repetir lo antes citado. Se ha caído en la tremenda confusión. Cuántas veces nuestro país ha detenido su marcha ascendente en lo económico, educativo y cultural, precisamente porque sus dirigentes o representantes y servidores públicos han sufrido enormes confusiones por la falta de conocimientos de nuestra elemental historia. Al respecto nos viene a la mente cuando al iniciarse nuestra vida independiente, quienes llevaron a feliz término el movimiento insurgente confundieron finalmente los propósitos permanentes de quienes lo habían iniciado.