«Estamos haciendo filosofía ahora, y eso significa seguir el argumento hasta donde nos lleve. Es como la vez que perseguiste a ese conejo y terminaste con tu cabeza atorada en un hoyo.»
Monty era un perro cualquiera. Un maltés terrier irascible y gruñón. Disfrutaba ladrar a los pug y olisquear los árboles, pero después de una dramática confrontación con el rottweiler local, Anthony se da cuenta de que es el momento para tener una charla con Monty acerca de lo que lo hace un buen o un mal perro.