En la Ciudad de México la vida es tan intensa como su propio trazado urbanístico. Así, en la misma calle es posible encontrar los edificios más sofisticados conviviendo con restos arqueológicos y vendedores de tamales. Tradición y modernidad a pocos metros de distancia. La antigua Tenochitlán, capital de los aztecas, es hoy una ciudad mágica, poderosa y vibrante que desborda lo que ocupa y que, como dicen sus habitantes, nunca se acaba.