Una manada de perros de la pradera llega al desierto. Todos los habitantes están contentos porque estos pequeños seres dejan hoyos en la tierra que sirven como refugio para otros animales; además, son simpáticos y cariñosos. Pero cuando un perrito tiene el horario al revés y aúlla toda la noche, los nervios del resto de los animales se alteran. La fauna desértica se unirá para ponerle fin a este suplicio y lograr que el protagonista pueda convivir con los demás. Muñoz Ledo logra introducir al lector a la vida en el desierto, sensibilizarlo y acercarlo a las costumbres de un animal mexicano que está en vías de extinción.