Es tradición que Pitágoras rechazó el dictado de sabio en razón de que sabio quiere decir "el que lo sabe todo", y no habiendo persona capaz de saber todas las cosas, es impropio atribuirle una suficiencia que no pasee. Aceptó, en su lugar, el de filósofo, que queriendo decir "el que aspira a la sabiduría", explica por sí mismo que si bien a nadie le es dable saber todas las cosas, constituye una virtud en cualquier persona aspirar y esforzarse por saberlas.