Desde la gran crisis del 2008 a escala internacional se ha producido un fenómeno que aunque ya se venía gestando desde hacía unos años atrás, terminó por inflarse. De un día para otro, la pócima mágica para resolver todos los males de la economía y del trabajo era que la gente se generara su propio sustento. Es decir: emprender.
Ahora resulta que el fracaso es una medicina para hacerte más fuerte y aprender; que estar fuera de ‘tu zona de confort’ es algo súper importante para innovar y emprender; y que hay que poner en la descripción de tu perfil de redes sociales palabras como entrepreneur, emprendedor en serie, inversor, experto, coach, design thinking, y por supuesto, Lean, mucho Lean… aunque lean poco.