Desde el desafortunado “no traigo cash” de Zedillo hasta el “yo no soy la señora de la casa” de peña nieto, constantemente presenciamos cómo los funcionarios públicos o los líderes de las organizaciones nos regalan declaraciones fallidas que no solo desvirtúan su imagen pública sino que incluso amenazan con echar por tierra una larga trayectoria.