Se respira una sospechosa tranquilidad en la aldea gala, toda ella debida a que los romanos van a la Galia, tras una campaña en Bélgica, ¡a descansar!.
Por consiguiente, el orgulloso jefe Abraracúrcix se irrita, sobre todo después de haber escuchado que, según Julio César, los belgas, son los más valientes de todos los pueblos galos.