¿Acaso es mi profesión de psiquiatra, mi predilección por lo intimo o mi interés por la psicología de las emociones lo que me atrae hacia la pintura?.
No sabría decirlo, pero me gastaría iniciar al lector en esta experiencia y sus beneficios: situarse ante un cuadro, guardar silencio, permitir que la pintura te hable, te posea...