Al cumplir trece años Ana recibiría un regalo que cambiaría su vida: un diario íntimo. En el expreso sus deseos, sus miedos y esperanzas durante el encierro que le toco vivir a su familia en la segunda guerra mundial. Una vez finalizada la guerra, y a pesar de su temprana muerte, su diario se transformó en un testimonio impactante sobre la persecución a los judíos y una contribución invaluable a la lucha por los derechos humanos.