¿Puede asociarse la práctica de algunas manifestaciones artísticas y culturales, a distintos componentes emocionales?, ¿es esta interacción la que motiva y permite contemplar el mundo desde una perspectiva diferente? Parece ser que el cerebro humano, órgano complejo en continua reestructuración, agradece los retos y necesita el arte. Tal vez la educación y la apreciación artística resulten necesarias si nos concedemos adquirir toda una serie de competencias socioemocionales básicas para nuestro desarrollo y que además, nos haga más felices: que al final termina siendo el verdadero aprendizaje, el que prepara para la vida.
Partiendo de la presunción de que podemos sacar provecho de nuestras propias emociones e influir sobre ellas, la línea de investigación abierta que da origen a esta obra, se centra en averiguar cómo manejamos las emociones en los procesos de creación.
Nos preguntamos cómo influye el origen y desarrollo de la alfabetización emocional en el proceso de aprendizaje creativo, para más tarde conocer cómo se puede apoyar y facilitar el proceso creativo. ¿Qué pueden aportar las experiencias de creación artística al desarrollo emocional y social?, ¿y los aprendizajes y vivencias de los artistas al desarrollo de la personalidad en una sociedad cada vez más cambiante?
En una primera parte veremos el desarrollo de análisis y prácticas del proceso de alfabetización emocional en cinco ámbitos: lectura mediada y literatura, cine, bandas sonoras infantiles, dramatización y danza. En la segunda parte presentamos ensayos sobre distintos aspectos y enfoques: artes visuales, educación, literatura y artes escénicas, en un encuentro multidisciplinario entre arte y emoción.