A la vez fuente de inspiración literaria y materia de reflexión ética e histórica, el Sur de los EE UU transmite su abigarramiento y complejidad a la gran saga que constituye la obra de William Faulkner (1897-1962), en la que el condado de Yoknapatawpha (mítica transposición de la región norteña del estado de Mississippi) constituye, más que el escenario de la fabulación, su propio objeto.