El día de Año Nuevo, el detective Harry Bosch responde una llamada en la que le cuentan que un perro ha encontrado un hueso. Un hueso que, según el doctor al que pertenece el animal, es de humano. Bosch lo investiga y ese hallazgo fortuito le guía hasta una tumba poco profunda en las colinas de Hollywood que resulta ser la prueba de un asesinato que se cometió hace más de veinte años. Es un caso sin resolver, pero a Bosch le trae recuerdos de su infancia como huérfano en la ciudad.