Después de derrotar a Kulan Gath, Sonja descubre que su espada, el arma en la que tanto confía, encierra una historia muy interesante, ya que se trata de la legendaria espada de Skath.
Por lo tanto, la guerrera se ve obligada a decidir entre quedarse el arma o devolvérsela al cimmerio al que le pertenece.