La Ciudad Amarilla se encuentra permanentemente cubierta por el humo que escupen sus fábricas. El joven Théo siempre ha vivido allí y nunca ha visto las estrellas o conocido el mundo que se extiende más allá de los límites de la ciudad.
De niño, soñaba con tener aventuras y perseguir criaturas fantásticas como las de sus libros, pero la realidad acabó imponiéndose y quedó atrapado por la rutina y su trabajo de mecánico en el taller del señor Chikuwa.