Los romanos quieren aplicar la máxima: “Divide y vencerás”, así que se encargan de que otro jefe galo, Prorromaix, más afín a ellos, desafíe a Abraracurcix en un combate tradicional cuyo vencedor se quedaría con el control de la otra aldea. En principio, esto no representaría ningún problema, pero Panoramix, el druida, ha perdido la memoria y con ella la receta de la poción mágica.