Los personajes, entrañables y apocalípticos, se pierden en la rueda de la vida que los vuelve una vez y otra y por siempre al mismo lugar: destino ineludible, cruel, áspero como las manos desesperadas que en vano intentan resucitar una tierra que yace humedecida apenas con la sangre y el delirio de los indígenas, con la crueldad de los poderosos y la sombra de la muerte.