El cuerpo de Daniela aparece sin vida en un hotel a las afueras de San Sebastián. Esperaba a su amante en la habitación cuando la sorprendió una muerte brutal y violenta: esposada con los ojos vendados para simular un juego inocente sexual, y apuñalada.
La inspectora Adriana Collante acude a la escena del crimen para hacerse cargo de la investigación.