Mientras acompaña al aeropuerto a un ministro inglés, el consejero cantonal Kohler detiene el coche oficial frente a un restaurante, entra, atraviesa la sala llena de gente y, de un tiro, mata al profesor Winter, un aburrido humanista.
Todos lo ven, caben pocas dudas acerca de quién es el asesino. Sin embargo, Isaak Kohler no solo no huye, sino que aquella misma noche acude a un concierto donde al fi n se atreven a detenerle.