Ava Bonney es una inteligente y compasiva chica de trece años, aunque tiene una fascinación insólita por lo macabro: la descomposición de los cuerpos.
La carretera que bordea su casa es su coto de caza personal, ofreciendo siempre animales atropellados que, bajo la oscuridad de la noche, se convierten en su objeto de estudio y admiración.