?La muerte es lo más trágico de la vida humana. Mas, si no queremos sufrir la muerte en torno a nosotros y en nosotros pasivamente, con inerte resignación; si debemos y queremos mas bien enfrentarnos con el destino de la muerte como hombres que no sólo somos materia, sino también espíritu, y esperarla con corazón alerta y ojos abiertos, puede ser importante y buena una teología de la muerte, que no se espanta del sobrio trabajo de los conceptos?.