«Sueño de una noche de verano» es una de las creaciones más personales de William Shakespeare.
En el singular bosque del dramaturgo, siguiendo el modelo de las pastorales desde Sannazaro hasta Spencer, los elementos son los aprendidos de esas fuentes: alejamiento de la sociedad y adopción de un disfraz y de una existencia rústica, hasta que el equilibrio y la justicia sean restablecidos.