Los padres daríamos la vida por proteger a los hijos, pero no podemos aislarlos de El dolor.
Y el dolor de los pequeños es quizás más grande que el nuestro: No son dolores chiquitos de personas pequeñas.
Todo lo que está al alcance de la mano es:
Abrazarlos y razonar con ellos sobre la situación
Explicarles por qué suceden las calamidades
Llevarlos emocionalmente de la mano hasta la adaptación....