Muchos de nosotros crecimos observando y entendiendo el amor desde lugares muy equivocados. Tuvimos como referencia a nuestros padres, nuestros abuelos y personas importantes de nuestra vida que nos dijeron qué podíamos esperar del amor y cómo amar y ser amados, pero nadie nos dio un ejemplo sano de cómo construir un amor compañero, un amor sanador.