Tras una dolorosa ruptura, Amy Chan decidió valerse de su dolor para salir del marasmo, y estudió varias modalidades de sanación, desde las centradas en sabiduría antigua a las más científicas, y se dedicó a estudiar los aspectos psicológicos del amor.
Varios años después, tras haber transformado su vida, Amy fundó un programa de entrenamiento para ayudar a decenas de mujeres a reparar sus corazones rotos.