El 21 de enero de 2025, muchos conocieron a la obispa Mariann Budde, quien, durante su servicio de oración con motivo de la segunda investidura de Donald Trump, se dirigió directamente al presidente, suplicándole «que tenga misericordia de las personas en nuestro país que ahora tienen miedo», desde quienes forman parte de la comunidad lgbtq+ hasta inmigrantes y refugiados.