Hubo un tiempo, hace aproximadamente 5000 años, en el que los paisajes femeninos eran venerados. Una época en la que el espacio entre los muslos de una mujer se consideraba un portal de poder con una conexión directa a la Fuente. Amar tu paisaje de mujer es un viaje de retorno y sanación a través del terreno de lo que realmente significa ser mujer.