Invocar a la familia en los inicios del siglo XXI suena a deliberada anacronía. ¿Desde dónde interpelar a la institución más conservadora y preservacionista creada por Occidente, cuando la historia y sus mundos simbólicos vienen señalando su decadencia, crisis o disolución desde hace más de cien años? Lazos de familia nace de una preocupación teórico-política, pero sobre todo de una constatación.