De Esquilo solamente se conservan íntegras siete tragedias, tres de las cuales forman la única trilogía superviviente. En él predomina el Destino avasallador: el hombre desaparece ante lo inexorable y lo fatal.
Lo que ha dado valor permanente a la obra de Esquilo es la comprensión humana, además de ser grandiosa, emotiva y con sentido de lo trascendente.