La primera parte del Quijote salió a luz en 1605 y la segunda en 1615. Muy pronto la obra se hizo célebre y desde entonces hasta hoy ha seguido siéndolo. Al ir a hablar de ella se siente uno perplejo. Porque, ¿es en verdad necesario hacerlo? Mis amigos de la Editorial Porrúa han solicitado de mí este prólogo por haberme yo ocupado de Cervantes en varias ocasiones.