Se habla mucho de inflamación crónica, pero nadie te ha contado que tu cerebro también se inflama.
La neuroinflamación es silenciosa, no duele, pero se siente: afecta tu memoria, tu estado de ánimo, tu energía y hasta tu forma de ver la vida. Si vives con niebla mental, fatiga constante, ansiedad, insomnio o bajones emocionales sin explicación, tu cerebro puede estar pidiendo ayuda sin que lo sepas.