Hubo en la última época de la persecución del judaísmo secreto en España unas mil quinientas víctimas judaizantes dejando aparte los bígamos, fornicantes y otros? de la Inquisición durante los primeros cincuenta años del siglo XVIII.
Siendo además estos los que sufrieron el mayor rigor a manos del Santo Oficio. El judaizante era el único, con rarísimas excepciones, que sufría la muerte en la hoguera.