El más famoso de los proscritos de leyenda llegó a la época moderna gracias a las baladas, que serían imitadas y aumentadas a lo largo de siglos, antes de que Robin Hood se convirtiera en la figura novelesca o cinematográfica que hoy conocemos. La verdadera entidad del personaje y su entorno sólo puede descubrirse en esas baladas, que son un canto a la vida en la naturaleza, a la aventura, y a un sentido primigenio de la sociedad y la justicia.