Las habilidades del pensamiento son básicas para el proceso de aprendizaje, pero ¿pueden los estudiantes aprender a desarrollarlas y acceder así a niveles más elevados de discernimiento La experiencia educativa de Maureen Priestley - durante casi dos décadas -, tanto en escuelas de Estados Unidos como de América Latina, le ha demostrado que no basta con que los alumnos adquieran un cúmulo de conocimiento cuya aplicación práctica sea poco probable.