El sufrimiento y la cólera, igual que el miedo y la angustia, suelen considerarse frenos en el camino de nuestra evolución y desarrollo personal. Sin embargo, estas emociones pueden convertirse en trampolines que nos ayuden a crecer y mejorar. Con este objetivo, Jean-Charles Bouchoux recurre a dos disciplinas que, aunque procedentes de contextos muy dispares, considera complementarias: la meditación y el psicoanálisis.