Una fuente central de frustración para la mayoría de los adultos con TDAH es que saben lo que deben hacer, pero tienen dificultades para convertir sus intenciones en acciones. Estas dificultades también interfieren con su capacidad para utilizar los libros de autoayuda y para aprovechar al máximo los tratamientos psicosociales que proporcionan estrategias de afrontamiento que prometen mejorar su funcionamiento.