La sociedad en la que vivimos genera continuamente situaciones de estrés que merman nuestra calidad de vida. Todos podemos sufrir sus consecuencias con efectos directos sobre la salud física y mental: enfermedades cardiacas, dolores de cabeza, depresión, insomnio, etc. El estrés se convierte, por tanto, en uno de los principales causantes de muchas de las tragedias personales que padecemos.