Pese a la aparente libertad de la que gozamos las mujeres en el mundo occidental, nos seguimos imponiendo roles nocivos que nos impiden ser nosotras mismas. ¿Hemos logrado liberarnos realmente de las cadenas de siglos de patriarcado? ¿Por qué trabajamos entonces hasta la extenuación y nos autoexigimos tanto? ¿Cómo conseguir que nuestras necesidades y nuestros sueños interiores prevalezcan sobre las demandas de la sociedad?