En este fascinante trabajo, el autor desentraña la idea del “asesinato del alma” a través del caso del juez Schreber, muy famoso en el campo de la psicología y cuya lucha interna se entrelaza con la figura de su padre, un pedagogo alemán conocido por su rigurosa disciplina y que utilizó técnicas muy severas (que incluían baños fríos, correas y arneses) para reprimir todos los instintos naturales.