Más aún después del sexenio de Enrique Peña Nieto, que nos ha traído un desfile de personajes tan descabellados que retan la imaginación de cualquiera: caciques sindicales, magnates inmobiliarios, gobernadores transas y narcos sanguinarios. Aun así, Daniel Camacho se las ha arreglado para regalarnos diariamente un cartón en el que retrata las peripecias de estas figuras con un estilo tan mordaz que, sin darnos cuenta, ya estamos riendo. Ésa es la virtud de su trazo: saber conjuntar la crítica política y el humor.